miércoles, 10 de abril de 2013

Cómo será vivir para sólo trabajar y dormir? Yo no lo sé aún, tal vez llegue el día, mientras espero, mientras duermo, mientras consiento o mientras cambio mi ropa interior porque la haya ensuciado con mi miedo. Voraz miedo que se come la vida, desgarra las entrañas de los sueños y amputa ilusiones y alegrías. Tú sí lo sabes, Natalia, ¿verdad? tú sí, lo que es vivir para sólo trabajar y dormir. ¿Cómo será no trabajar para vivir y dormir? Será que aún no lo sé, pero me imagino el guión, apurando el paro sabiendo que al agotarlo, el abismo de la nada pasará sobre mí. Porque nada seré, improductivo ser condenado por el sistema que me tendrá reservada una buena dosis de su medicina. Casa perdida por no poder pagar, por haber vivido por encima de mis posibilidades, por haber pagado a precio de oro lo que debería ser un bien accesible (el refugio de alguien no debió ser nunca la especulación con la que se alimentó este sistema). Perra o gataflauta seré, cuando debiera ser leonafusil, y sin serlo, por mi bienadiestrada educación, a pesar de todo me llamarán violenta y terrorista por señalar ante la sociedad, a los que desde su "autoridad democrática", no desean arreglar los dramas actuales. Poner pegatinas verdes, pedirles que atiendan a la ciudadanía, es un acto antidemocrático y filoterrorista. Eso dicen y sin haber ni siquiera pensado en pegar un tiro, sin embargo, el Estado, el sistema, lanza tiros de leyes que a diario apuntan contra los ciudadanos y violentamente les despojan de su guarida que negoció a precio de oro con los que se forran y siempre lo harán. Desproporcionada violencia, sí señor, pegatinas e información de destrucción masiva en domicilios de gobernantes,contra porras, cascos y escudos en casas de desahuciados y desalojados. ¿Cómo será dormir sin trabajar ni vivir? Será la deriva que estamos tomando. Nos hace falta, otra vez, una buena dosis de heroína que cercene de nuevo otra generación, tal vez dos. ¿A qué esperan? Tenemos preparados ya los brazos. No tienen más que pinchar en las venas. Y esto, hoy, no es ubuntu, es mirar el día y sentir cómo los sueños son pesadillas. Otro día, tal vez otro, vea un arco iris en el cielo.

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